La noticia no causó gran impacto. Al fin y al cabo, Reid Ewing, actor de ‘Modern Family’, tampoco es un súper famoso. Pero su confesión en primera persona (“I Underwent Cosmetic Surgery for My Body Dysmorphia… And I Wish I Hadn’t“) y el hecho de que proviniera de un joven de 27 años nos llamaron la atención, y nos llaman a reflexionar.
Ewing admite que tiene un trastorno dismórfico corporal, es decir: sufre una obsesión compulsiva por defectos físicos que cree tener, y eso le ha impulsado a pasar varias veces por quirófano desde que tenía 19 años. “Creí que si comenzaba a operarme, pronto me parecería a Brad Pitt”, escribe. Creyó que el paso por el quirófano le curaría sus inseguridades… y se puso en manos de profesionales que resultaron no ser tales.
Hemos hablado muchas veces aquí de que la Cirugía Plástica Estética, una especialidad cuyo objetivo (y así lo define la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Reparadora) es la corrección de alteraciones de la norma estética con la finalidad de obtener una mayor armonía facial y corporal o de las secuelas producidas por el envejecimiento, puede tener un efecto positivo en la estabilidad emocional de quienes a ella recurren. Es cierto que hay personas acomplejadas, cuyo físico lejos de ser motivo de orgullo lo es de mortificación. Y si podemos ayudar, lo hacemos gustosos.
Pero también hemos repetido, y no nos cansamos de hacerlo, que el paciente debe tener una idea clara y realista de los objetivos que se pueden alcanzar mediante las intervenciones quirúrgicas, ser consciente de las limitaciones y riesgos de la cirugía estética para poder tomar su decisión. Y que desde luego no corresponde al cirujano plástico atizar las inseguridades del paciente, ni jalear su voluntad más allá de lo razonable.
Ni, desde luego, afrontar la cirugía estética sin las precauciones necesarias: antes del procedimiento, el médico realizará (una vez más, seguimos aquí a la SECPRE) una historia clínica, un estudio preoperatorio (análisis, radiografías, electrocardiograma, fotografías, etc.) y facilitará al paciente información sobre presupuesto económico.
Recuerda que las operaciones de cirugía plástica están condicionadas, no sólo por la experiencia y habilidad del cirujano, sino también por la propia calidad de cicatrización y curación del paciente. Y que la cirugía siempre supone riesgos, si bien en nuestra especialidad son mínimos por el tipo de intervención y porque nuestros pacientes son personas sanas.
Si deseas más información, contacta con nuestro equipo de Clínicas Fernández Blanco, llama al 915 54 09 24 (Madrid) o al 952 850 468 (Marbella, Málaga).
Dr. Alfredo Fernández Blanco
El cirujano plástico Dr. Alfredo Fernández Blanco se destaca en su rama de la medicina, como el mejor cirujano de mamas, además es pionero en las llamadas cirugías secundarias o de las secuelas. Con más de 30 años de experiencia y miles de casos de éxito, sigue logrando los resultados más naturales que se pueden esperar en una operación de cirugía estética.
