La palabra “masaje” procede del francés “massage”, que nace del verbo “masser”, amasar, que a su vez viene de “masse”, masa, que tiene su origen en palabras griegas y latinas. En fin, este no es un blog etimológico así que lo dejamos aquí, pero queríamos evocar la idea de un profesional trabajando con las manos la materia para mejorarla. Porque, en definitiva, eso es lo que hacen los masajistas.
El masaje es uno de esos placeres pequeños, que en ocasiones proporciona mucho más que un paréntesis de relax, o una ayuda de emergencia cuando te has quedado pillado tras horas y horas en una mala postura, o por la mera tensión que la vida estresada nos genera.