El tratamiento para bruxismo antes y después es un procedimiento estético que consiste en insertar un poco de bótox en el área mandibular. Sus principales objetivos son: disminuir los daños bucodentales, reducir el tamaño excesivo que tienen los músculos del rostro y suavizar los rasgos faciales.
Este tipo de técnica es recomendada mayormente a las personas que tengan la costumbre de rechinar o apretar los dientes (inconscientemente), mientras duermen. Aparte, también se aconseja en casos de desgaste dental o en pacientes que presenten molestias al comer.
Los resultados de este procedimiento comienzan a notarse a partir del tercer o cuarto día. Aunque se aconseja esperar hasta el primer mes para observar mucho mejor los cambios, y repetir el proceso cada medio año.
Además, el tiempo de intervención es de 15 minutos por sesión. No obstante, esto puede variar dependiendo de la tolerancia del paciente.
Con respecto a la recuperación, es normal que a las primeras horas puedas llegar a presentar un poco de molestia o dolor en la zona mandibular. Sin embargo, al pasar los días, estos problemas irán desapareciendo gradualmente.
Es importante recordar que este tipo de técnica no requiere de bajas prolongadas. Así que lo más probable es que al cabo de 3 días puedas retomar tus actividades laborales o sociales con total normalidad.
A continuación te presentamos las fotografías reales de pacientes que se han realizado un tratamiento de bruxismo antes y después, en la Clínica Fernández Blanco.
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