Hay
mentones “huidizos”, a cuyos poseedores solemos atribuir caracteres también esquivos quizá porque acostumbramos a relacionar las mandíbulas cuadradas con un carácter decidido. Hay barbillas que parecen incómodas en determinadas caras, porque no acaban de encajar con la nariz, lo cual lejos de ser una menudencia es fuente constante de frustraciones.
Pero la cirugía estética tiene la solución: se llama mentoplastia de aumento y es una intervención con la que procedemos a la corrección estética de la deformidad producida por un mentón poco desarrollado, adelantándolo un poco para que los rasgos faciales sean más proporcionados.
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