Siempre que alguien se queja del estado de sus muslos y de sus glúteos, un voluntario le reprocha su estilo de vida, el sedentarismo: “Tendrías que hacer ejercicio”. Pero lo cierto es que el deporte no garantiza unos muslos y unos glúteos no ya bonitos, sino ni siquiera firmes.
Y si eso es así en circunstancias normales, qué no ocurrirá cuando muslos y glúteos presentan un estado calamitoso tras, por ejemplo, una reducción importante de peso, cuando la piel de esas zonas del cuerpo parece despedirse de la carne. O debido al natural envejecimiento, puesto que la piel pierde tono con la edad. O por causa de una mala alimentación. O, si sólo de mujeres hablamos, después de un embarazo.
En esos momentos, la cirugía estética se revela como la única salida: mejorar forma y tersura de piernas y glúteos es posible con un lifting.