No es una enfermedad, pero sí una de las plagas (menores) de nuestro tiempo. La hay blanda y dura, parece que tiene un componente hormonal pero nuestros hábitos sedentarios no son lo mejor para luchar contra ella. La padecen (sobre todo) mujeres, y no necesariamente las obesas: también las delgadas pueden presentar la característica acumulación de tejido adiposo en algunas zonas del cuerpo. También la llamamos “piel de naranja“: hablamos, claro, de la celulitis.
La celulitis es la pesadilla de (sobre todo) muchas mujeres, incluso de muchas que hacen ejercicio y a las que no les sobra un kilo, pero que ni con esas consiguen librarse de ese tejido adiposo acumulado y sueñan con remodelar su contorno corporal sin pasar por quirófano.
En este blog hablamos mucho de cirugía estética, y es normal que así sea, porque gran parte de nuestro trabajo se desarrolla en ese terreno. Pero no podemos olvidar que en no pocas ocasiones pasar por quirófano no es prioritario, ya que existen tratamientos de estética facial que ofrecen resultados sorprendentes. Y que también aplicamos en nuestros centros. Leer más
Empezamos este post con un apunte mitológico, una evocación de Sísifo, fundador y rey de Éfira, cuyo nombre no es recordado por sus méritos como gobernante, sino por su castigo: como saben, fue condenado a llevar hasta la cima de una montaña una piedra que antes de llegar a lo más alto rodaba una y otra vez ladera abajo. Y vuelta a empezar.
Así, el mito de Sísifo es metáfora del esfuerzo inútil e incesante del ser humano.
Hace un tiempo, reducir la celulitis, reafirmar la piel, desterrar la flacidez eran misiones imposibles. Ya no: modelar la figura es un objetivo razonable.
La imagen que viene a la mente es la de un escultor que, manipulando el material sobre el que trabaja con los instrumentos adecuados, da a la figura la forma deseada. Desde luego, no es un milagro: es pura ciencia.
Lo primero, la cruda realidad: 8 de cada 10 mujeres padecen celulitis, esa acumulación subcutánea de tejido adiposo que se localiza preferentemente en la mitad inferior del cuerpo, es decir, en glúteos, caderas, y muslos.
Y no depende ni de su talla ni de su peso; de hecho, las hay que practican deporte de manera regular y a pesar de todo tienen piel de naranja.